Lo primero que tenemos que evaluar a la hora de elegir cortinas es dónde las vamos a colocar. También debemos tener en cuenta el tipo de superficie a cubrir (puerta o ventana, corredera o abatible) y, por supuesto, las necesidades a las que queremos que ésta responda (privacidad, oscuridad, decoración). Las cortinas adecuadas pueden ser tus aliadas para multiplicar los metros y ganar claridad. La tela, la colocación, el color… Todo influye, y mucho.
¿De cuánta luz natural disponemos?
Para elegir las cortinas de casa hay que tener en cuenta la luz natural. Si las estancias tienen mucha entrada de luz natural, lo mejor es elegir cortinas y visillos dobles, tejidos tupidos o sobrecortinas. También puedes decantarte por estores enrollables de tela screen o de filtro solar. La solución para habitaciones faltas de luz son las cortinas confeccionadas con tela de visillo: vaporosas muselinas, organzas… Y mejor en color blanco, expande la claridad; en tonos amarillos, crea efecto de luz solar.
¿Cortinas lisas o estampadas?
Los lisos potencian mejor la luz y son menos pesados visualmente ideales para estancias pequeñas porque no aturullan la vista. En la actualidad se usan mucho porque permiten jugar con las texturas y también porque cansan menos, si eliges estampados, mejor de motivos pequeños y a juego con la pared, para no romper la armonía. Las cortinas estampadas animan grandes estancias, siempre que el dibujo guarde proporción con el espacio (el estampado debe apreciarse correctamente). El tono que elijas para la pared, así como las telas de la tapicería, cojines o pantallas, te marcarán la gama predominante y el tono idóneo para las cortinas. Si dudas y no sabes que escoger, decántate por los colores neutros ya que nunca fallan.
Adapta tu cortina a tu ventana.
Una ventana corredera admite cualquier tipo de cortina, pero a la hora de elegir las cortinas las más cómodas son las convencionales. Evita los estores: a no ser que tengas suficiente espacio entre la ventana y el techo para recogerlos arriba, te molestarán al abrir la ventana. Un truco para agrandar visualmente una ventana: cuelga una barra que sobresalga unos 30 cm por cada lado y usa tela suficiente para cubrir ese espacio cuando las cortinas estén abiertas. Parecerá que tu ventana es 60 cm más ancha. La cortina que viste un gran ventanal no puede quedar corta ni escasa de anchura: al correrla, debe hacer pliegues y no quedar tensada o se verá pobre. Como norma, deja que apoye unos 8-10 cm sobre el suelo y su ancho debe medir como mínimo el doble (o el triple) que el ancho de la ventana.
Tipos de cortinas
Fuente: i2ambientes.com.br